La quinta fachada: cuando las azoteas adquieren el protagonismo
La arquitectura actual nos proporciona numerosos recursos para seguir innovando y creando soluciones rompedoras, pero funcionales. Uno de ellos es la quinta fachada, que resulta de gran interés para comprender cómo se responde a las necesidades de la sociedad. En este artículo planteamos todas sus características y aplicaciones.
Qué es la quinta fachada
Hay quienes la denominan un estilo, pero también quienes afirman que es un mero concepto. En Llorca Group preferimos considerarla una visión diferente que contempla a la azotea como otra pared más. ¿Por qué es importante este pequeño matiz? Principalmente, porque contribuye a dar vida a los edificios y a tener en cuenta la estética, no solo la funcionalidad.
Por lo general, la imagen arquitectónica que tiene una vivienda se refleja en sus paredes (tomamos la base de que son cuatro). Partiendo de esto, la quinta es la que mira hacia el cielo y la que cae con frecuencia en el olvido. Sin embargo, esta también forma parte del exterior, por lo que no se puede menospreciar.
Hay casas en las que esta adquiere un carácter más florido y vegetal, en línea con la tendencia de los jardines urbanos y verticales. Otras optan por darle un uso más lúdico, con espacio chill out y zona de piscina. E incluso están las que la cubren de paneles solares en una clara demostración práctica del concepto passivhaus.
Es un error común pensar que en los casos anteriores hablamos de mera decoración o de amueblado. De hecho, cualquiera de esos usos está determinado en gran parte por las características arquitectónicas. Por ejemplo, si el suelo está a una, dos o tres alturas, las oquedades de los medios tabiques o la capacidad de carga.
¿Cuáles son sus usos y aplicaciones actuales?
Otra confusión muy habitual es la de considerar este cambio de visión como una realidad reciente y contemporánea. Sin embargo, conocer sus orígenes implica retroceder hasta principios del siglo XX, cuando el funcionalismo y el modernismo imperaban en la arquitectura. Ponerle nombre, por su parte, supone hablar del renombrado artista Le Corbusier.
La propuesta del autor era simple y concisa. Los edificios colectivos estaban adquiriendo una mayor altura, con lo que las azoteas eran difícilmente vistas desde la calle. Como solución, se empezaron a estudiar posibilidades de mejorar estos espacios y, en consecuencia, modificar la planificación urbanística de las ciudades.
Desde entonces, confluyeron distintos estilos que buscaban potenciar la estética de las viviendas y unificar el estilo que cada una tenía. Este fue el primer uso de la quinta fachada: renovar la visión aérea y proporcionar un nuevo punto de vista para revalorizar las construcciones de la época.
Hoy en día, este concepto ha recibido nuevas aplicaciones que podemos resumir en tres mayoritarias:
- Reducción del impacto ambiental mediante la incorporación de paneles solares o la pintura en blanco.
- Mejor evacuación del agua durante lluvias copiosas, con lo que no se debilita la estructura de la casa.
- Proyección de cubiertas más estéticas y adaptables a la planificación urbanística de las ciudades.
Dificultades que presenta la quinta fachada
Ha pasado casi un siglo desde que Le Corbusier propusiera este recurso, pero los arquitectos de nuestro tiempo siguen buscando soluciones a las complicaciones que conlleva. La principal está relacionada con la eficiencia térmica, que relaciona dos variables de manera inversamente proporcional. Lo explicamos con el siguiente ejemplo.
Una azotea pintada en blanco y cubierta con cristaleras permite aprovechar mejor la radiación solar. Cuando pasan las horas, el calor va almacenándose y ya no pasa al interior, sino que genera una especie de efecto invernadero. En consecuencia, el calor extremo perjudica la estancia de las personas.
Existen otras circunstancias que se están abordando con soluciones de la arquitectura actual:
- La unificación estética no siempre es sencilla: En islas como Mallorca o Lanzarote, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) obliga a adoptar un mismo estilo, también en esta fachada.
- La cubierta plana está dejando de ser tan efectiva: El calentamiento global, con el aumento en la frecuencia e intensidad de lluvias torrenciales, obliga a adoptar otras estructuras, como los tejados a dos aguas.
- La fusión entre construcción y entorno no siempre es fácil: Muchas terrazas han dejado de estar en consonancia con el paisaje, lo que complica la unificación de estilos.
Por otro lado, tampoco debemos obviar que los paneles solares quitan espacio. Este concepto no surgió para el autoconsumo fotovoltaico, sino para dar vida a los exteriores. Sin embargo, es el uso más recurrente hoy en día, aunque hay soluciones que están llamadas a dar un cambio (por ejemplo, las placas flexibles).
Comprender qué es la quinta fachada permite seguir de cerca los cambios que la arquitectura está implementando en los paisajes urbanos. Desde luego, esta herramienta contribuye a dar más vida y dinamismo a las viviendas. ¿Qué te ha parecido este artículo? ¡Suscríbete a nuestra newsletter para no perderte ninguno!